miércoles, 16 de enero de 2013

Edu Hurtado en su blog.




Uno de los problemas fundamentales de nuestro tiempo, bajo mi punto de vista, es que no se está dando el cambio y el relevo generacional que debía darse como proceso “natural”. Esto a pesar, o teniendo en cuenta, que la gente que hoy tenemos entre 25 y 40 años somos las personas más y mejor preparadas de la historia de este país.
Me refiero de forma general al ámbito público, con independencia de estructuras y espacios. Este cambio no está teniendo lugar en la política, ni en la cultura, ni en la Universidad, ni tampoco en la burocracia o en los espacios de decisión.
“Los jóvenes” (prolongando este calificativo más allá del límite físico de la juventud) se ven como esos muchachos perdidos en la inmensidad del mundo que les rodea, sin la posibilidad de emprender sus vidas con decisión. Somos, se dice por ahí, la generación perdida. Perdida no se, pero desahuciada seguro.
Esta quizá pueda parecer una reflexión que está fuera de tono y lugar en un blog dedicado al deporte acuático…o a la misión de un entrenador…pero creo que tiene mucho que ver con ciertas situaciones que se dan en nuestro día a día. Por ejemplo, de una forma muy rápida, en la relación que guardamos con las organizaciones que están por encima de nosotros. Da la casualidad que la mayor parte de la gente que entrenamos, que estamos todos los días en el charco, somos personas jóvenes que hacemos un trabajo voluntarioso (y en muchos casos gratuito) por aquello que nos emociona y nos llena. Y da la casualidad de que por encima de nosotros hay órganos de poder a los que no tenemos acceso, pero -más importante todavía- que no tienen ningún interés en escucharnos.
Esto es un problema…porque los dinosauros no tienen otra forma de contestar que atacando y mordiendo. Y si a la difícil tarea de entrenar y trabajar con personas, le sumamos la imposible misión de batallar contra el Tyranosaurus Rex (que por algo es tirano) la cuestión se puede volver insoportable.
Creo que es momento de que quienes están arriba (esos señores con métodos, formas y procesos que responden a lógicas de hace 20 o 30 años) se tomen el tiempo y la molestia de dejarnos entrar de forma lenta y sigilosa, escuchando lo que tenemos que decir y aprendiendo un poco de las nuevas formas de trabajar. Si, señores, nosotros -esa generación de jóvenes preparados y perdidos- sabemos cosas que ustedes pueden aprender. Es la ley de vida.
Y si no se apartan un poco para que pasemos, tarde o temprano les tendremos que pegar un empujón para apartarles bruscamente del camino, llegando al punto de tener que proceder a una forzada “extinción de los dinosaurios”.
QUERÍA COMPARTIRLO. GRACIAS EDU POR DEJARME DIFUNDIR TU ESCRITO.

SALUDOS.

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