Ayer todo fue como una seda, partido escolar al mediodía, comida de entrenadores, liga harrobia por la tarde ( con colaboración del equipo absoluto) y para acabar el partido de los mayores. Todo fue según el guión establecido. Todo fue bien, menos una cosa, se perdió el partido nacional (que podía pasar) jugamos contra Tres Cantos y se perdió. Da igual contra quién jugáramos ayer como si hubiera venido la APEGA (Asociación de padres de la escuela de Guadalupe de arriba) se hubiera perdido igual. No hubo actitud, ni chispa, ni reacción. No estuvimos. Creo que fuimos conformistas. La fiesta (para mí) no fue completa y sólo me centré en eso, en mi cabreo, en ese partido... Odio perder así, odio jugar mal.
Muchas preguntas me vinieron a la cabeza.
¿Por qué si estábamos jugando genial?
¿Por qué éste conformismo?
¿Por qué hoy?
Me olvidé de todo. De todo lo otro. De la fiesta general, sólo me centré en mi cabreo. Mal Joan, MAL. No debí olvidarme, de lo que el club ha conseguido, de todo lo que hemos crecido, de la grada, de la junta... Y me quedé con el patético partido o resultado o lo que fuera lo de ayer.
Se me olvidó dar las gracias uno por uno a todos los que han colaborado para que el club esté como está. Sabéis, me fui a casa al acabar, ni me tomé una en el bar de Candi, ni me despedí. No salí ni a cenar, decliné dos planes de sábado noche. Me enfadé y no debí. No supe enfocar éste último partido. No supe valorar lo que somos.
Pasadas unas horas de reflexión quiero decir que estoy orgulloso de éste club, de Isusko, de mis jugadores y jugadoras. De Javi, de Mari Paz, de la nueva junta, de la gente que nos sigue y de vosotros que me leéis.
Gracias por ser tan grandes. Disculparme.
#Aseguir!
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