lunes, 5 de mayo de 2025

He vuelto (o quizás nunca me fui del todo)

 Hoy he vuelto a entrar en este viejo rincón llamado Waterpolo como yo. Un blog que empecé con toda la ilusión del mundo cuando comenzaba mi camino en este deporte. Aquí volqué reflexiones, noticias, pensamientos, frustraciones y sueños… y, al releerlo, he sentido que una parte muy viva de mí sigue aquí, esperándome.


Lo que empezó como una especie de diario personal terminó convirtiéndose en algo mucho más grande. En su momento, este blog llegó a tener una auténtica burrada de visitas. No me lo creía. Gente de todos lados leyéndome, comentando, compartiendo. Supongo que conectaba porque hablaba desde el corazón, sin filtros, desde la piscina, desde el banquillo, desde dentro.


Han pasado muchos años, y muchas cosas. El waterpolo me ha dado más de lo que nunca imaginé: títulos, aprendizajes, amistades, decepciones, viajes, experiencias inolvidables... y también algunas cicatrices. A día de hoy sigo vinculado a este deporte con la misma pasión (a veces con más cabeza, otras con más corazón), pero con la mochila más cargada de vivencias.


No sé qué será de este blog, ni con qué frecuencia podré actualizarlo. Pero siento que vale la pena recuperarlo. No por nostalgia, sino porque sigue teniendo sentido. Porque Waterpolo como yo nunca pretendió ser perfecto, ni objetivo, ni definitivo. Solo quería contar el deporte que amo desde mi manera de entenderlo, desde mis ojos. Y eso, creo, sigue teniendo valor.


Así que aquí estoy de nuevo. Para compartir, para desahogarme, para volver a sentirme parte de algo que empezó hace ya muchos años con un teclado y muchas ganas.


Gracias si alguna vez leíste algo aquí. Y gracias si estás leyendo esto ahora.


Seguimos en el agua.


No hay comentarios:

Publicar un comentario